El pasado miércoles 6 de marzo se inauguró la fiesta más grande el teatro en nuestra ciudad. El Festival de Artes Escénicas o para hacerlo más corto, el FAE. Un festival que ha podido sobrevivir gracias al apoyo de los centros culturales en la ciudad pero sobre todo, ha sobrevivido por toda esa gente que se sigue poniendo la camiseta y luchando porque no solo tengamos buen teatro en el país, si no que tengamos exposición suficiente para que así, nuestro trabajo se pueda ver fuera.  

La ceremonia previa a la obra inaugural Gala, comenzó con un discurso del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, Sergio Llusera; una presentación de las instituciones que apoyan el festival, y datos que demuestran el arduo trabajo que toma organizar un festival de esta magnitud. Este fue seguido por un cálido y esperanzador discurso dado por Vanessa Vizcarra, curadora del festival este año 2019. Un mensaje en donde no solo demostró cuan comprometida esta con el teatro en el país y lo inclusivo que este realmente debe ser para que, como ella misma dijo, sea de todos, todas y todes.

Después de estos dos representantes importantes del teatro en el país, les siguió quien representa al Ministerio de Cultura, Rogers Valencia, quien solo procedió a demostrar que el título de ministro de Cultura le queda más que grande.

Su discurso empezó con un ''Lo bueno de hablar al último es que todo ya se ha dicho'', frase que uso para romper el hielo y hacer de este hielo una bola gigante de frases llenas de falta de respeto, insensibilidad e ignorancia pura.

A través de una historia de su investigación de quien era Jérôme Bel (director de la obra que abriría el festival) de su carrera, de su encuentro con un show pasado de Bel llamado ''The show must go on'' y sus búsquedas en YouTube por enterarse de quien era el hombre cuya obra abriría este festival que, me atrevo a decir, se enteraba hace poco existía, uno se preguntaba si esto ya era parte de la obra que veríamos esa noche (con el absoluto perdón de Bel y todos los artistas en la obra).

Pasaron las anécdotas investigativas en internet y llegamos al momento en el que el ministro habla del teatro, de su desconocimiento de este, de ''eso a lo que se dedican ustedes'' (los que hacen teatro). Frase con la que solo demostró su poquísimo conocimiento del trabajo de todas y cada una de las personas que estaban sentados en las primeras filas de la platea sino también su desinterés por expandir los horizontes y sacar ventaja a su posición para realmente aprender que la cultura empieza por el respeto y entendimiento del otro.

El teatro por regla general, le abre las puertas a todas, todas y todes; el ministro fue invitado y nos dio un discurso que ninguno de los presentes esa noche merecía. Una verdadera lástima.