Pintor, escultor, diseñador y coreógrafo. Oskar Schlemmer es no solo uno de los maestros más importantes de la Bauhaus, sino también el gran revolucionario del teatro en los años 20 y el creador del mítico Ballet Tríadico, entre otras grandes creaciones. 

Nació en 1888 en Stuggart, Alemania, fue a la guerra y tomó como inspiración para sus creaciones al cubismo. Estudio arte en la Kunstgewerbeschule y años más tarde Walter Gropius le ofrecería estar a la cabeza del taller de teatro de la escuela de arte y arquitectura Bauhaus.

Su obra más famosa fue el “Triadisches Ballett” (“Ballet Triádico”) que se estrenó en su ciudad natal en 1922. El ballet, que contaba con la música de Paul Hindemith, mostraba a unos intérpretes con vestuarios de formas geométricas.

Con tres bailarines, 12 movimientos y 18 "vestuarios arquitectónicos’’, el enfoque innovador de Schlemmer rompió con todas las convenciones para explorar la relación entre el cuerpo y el espacio. El vestuario y los movimientos hacían que los actores fueran esculturas vivas.

Desde el diseño, Schlemmer propuso que las formas geométricas base para sus creaciones fueran el cuadrado, el circulo y el triangulo; símbolos bandera de la escuela Bauhaus. Al mismo tiempo, eran los colores azul, amarillo y rojo los que componían la paleta de colores principal de los diseños que buscaban restringir al bailarín, restarle movilidad y a partir de esta falta de libertad, buscar moverse, crear.

Los movimientos de los que nacían estas coreografías, las escenografías, los vestuarios y demás elementos que componen estas piezas de ballet, nacen todos de la idea base de la Bauhaus, fundada por Walter Gropius, arquitecto alemán quien tenía por filosofía para sus diseños y el trabajo de su escuela ‘’buscar la simplicidad y practicidad ante todo’’. De aquí también nacieron planos e ideas muy claras de lo que el teatro debería ser y tener, del estudio de la naturaleza, teorías sobre porque prescindir de elementos como la iluminación, el ser humano como elemento en escena y este mismo utilizando su voz y movilidad solo cuando sea necesario.

De esta manera los figurines (vestuarios) determinan el espacio y crean la arquitectura, al mismo tiempo que dominan la actuación, dejando a un lado el cuerpo humano y sus movimientos como fuente de expresión.

Es así que el Ballet Tríadico pasó a la historia siendo el principal símbolo de la ‘’anti-danza’’. Este ballet, dividido en tres partes caracterizadas por tres colores, la primera la sección rosa, seguida por la sección amarilla y por último la sección negra, buscando comunicar lo cómico, lo ceremonial y lo fantástico, respectivamente.

Schlemmer también fue una de las victimas del partido nazi, quienes lo acusaron de ser un ‘artista degenerado’ como a muchos o todos los otros miembros de la escuela Bauhaus. Murió sumido en el “destierro social” en 1943, en la ciudad alemana de Baden-Baden dejándonos enseñanzas que hasta el día de hoy, artistas escénicos y plásticos consultan como inspiración para sus propios espectáculos y trabajos artísticos.